PROPUESTA DE EXPRESIÓN ESCRITA PARA EL PRERRENACIMIENTO

Esta vez la propuesta consiste en que los alumnos -en grupos de dos- realicen un pequeño guión teatral, inspirados en la época prerrenacentista. Previamente han escogido al azar una tarjeta donde aparecía escrito el conflicto que debían desarrollar: amor imposible, envidia, lucha de poder...

domingo, 21 de marzo de 2010

MARCELLO, EL MECENAS DE JULIETA de Mar y Carlota

Venecia es un lugar bellísimo, lleno de flores y de bonitas casas de colores. Un día, un noble, que no sabía qué hacer con tanto dinero, se propuso acoger a una joven artista para financiarle sus proyectos. La joven que escogió, hasta ese día, había sido su criada.

MARCELLO.- ¡Buenos días, Julieta!- dijo Marcello muy contento.

JULETA.- ¡Buenos días mi señor! ¿Ha dormido bien hoy?

MARCELLO.-Sí, muchas gracias. Quería comentarte algo...

JULIETA.-Diga usted.

MARCELLO.-Antes he pasado por su habitación y he visto unos preciosos cuadros, ¡No sabía que pintaba!

JULIETA.-Sí, mi señor -respondió ella algo avergonzada-. Pero sólo en los ratos libres y por la noche, si no puedo dormir.

MARCELLO.-Me gustaría que te dedicaras más a tus trabajos.

JULIETA.- ¿Cómo? Y entonces... ¿dejar de ser sirvienta?

MARCELLO.-Sí, es una pena malgastar tu talento de esta manera, ahora mismo Jorge, que será tu criado, te preparará una nueva y más grande estancia.

JULIETA.-¡¡Vaya!!¡Pues mil gracias, señor!¡Nunca podré agradecérselo lo suficiente!¡Ahora mismo me voy a poner en ello!

Cada día, Marcello iba a la estancia de Julieta para observar sus bonitos y refinados cuadros y charlar un rato. Así se hicieron muy amigos.

MARCELLO.- (Llamando a la puerta de Julieta) Julieta, ¿puedo pasar, o estás ocupada?

JULIETA.-No, Marcello, pasa, pasa.

MARCELLO.-El sábado que viene se celebra un baile en honor a un buen amigo mío y me ha pedido que lleve conmigo a una acompañante...Y se me ocurrió que podrías ser tú.

JULIETA.- ¡Oh! Pues sería un honor ir con usted la verdad (muy contenta).

MARCELLO.-Entonces perfecto, Jorge te traerá un vestido que he escogido esta misma tarde; espero que te guste.

JULIETA.- ¡Vaya, gracias!

(Ya en el baile...)

MARCELLO.-Mmm... ¡Bailas espectacularmente bien! Y te ves muy hermosa con este vestido.
(Julieta se sonroja).

JULIETA.- ¿Vamos a la terraza a tomar el aire?


MARCELLO.- ¡Claro! (Ya en la terraza). Creo que tendríamos que hablar, esta situación no es normal y no sé cómo reaccionar.

JULIETA.-Ya te entiendo, pero mis sentimientos no cambiaran por muy rara que sea la situación. Además mis cuadros ahora se venden muy bien.

MARCELLO.-Lo sé, aún así puedo perder toda mi reputación por culpa de lo que siento por ti. Sabes que por ti, mi princesa, haría cualquier cosa.

JULIETA.-Sí, lo sé, pero no tiene porqué pasar.

MARCELLO.-Tendremos que probarlo y veremos qué sucede.

Y Marcello y Julieta sellaron su propuesta con un apasionado beso.

EL AMOR A ESCONDIDAS de Joan Ramon y Sergio

Siglo XV, todo gira entorno el hombre, la cultura, las lenguas, la manera de pensar…La nobleza está cediendo el poder a una nueva clase social, la Burguesía, originaria de las ciudades. Esta historia pasó en ese siglo; es el amor prohibido de la hija de un burgués y un joven artesano de uno de los talleres del padre de ella.
Carmencita es la hija del burgués Idelfonso, importante en la ciudad de Barcino. La quiere casar con el hijo del monarca español, para así ascender en la escala social y que el monarca le ceda ciertos privilegios. Pero ella ama al artesano Alonso.

CARMENCITA.- Padre, ¿Por qué me quiere casar con él? No ve que no seré feliz.
PADRE.- Algún día hija, entenderás lo importante que es para mí esta boda y para toda la burguesía.
(La hija se dispone a salir del palacio, toda enfadada).
PADRE.- ¡Hija! ¿Dónde crees que vas ?
(Le pega una bofetada)
PADRE.- ¡Sube a la habitación ahora mismo! ¡No saldrás hasta el día de la boda, dentro de una semana!
(Durante la noche se escuchan unos ruidos en la ventana de la habitación de Carmencita)
ALONSO.- ¡Carmencita! ¡Carmencita!

(Carmencita sale apresuradamente a mirar por la ventana).

CARMENCITA.- Hola, Alonso, me alegro de verte.

ALONSO.- Yo también, mi amor, ¿qué te pasa, te veo muy triste?

CARMENCITA.- Mi padre me ha dicho que no saldré de mi aposento hasta el día de mi boda.

ALONSO.- Pues no te preocupes, huirás conmigo.

CARMENCITA.- ¿Cómo!, están vigilando los guardias todo el castillo.

ALONSO.- Pues salta, que yo te cojo.

CARMENCITA.- Como no hay otro remedio, saltaré (salta).

Carmencita.- Alonso eres mi héroe, me has salvado de mi desdichada boda.

ALONSO.- Claro, no iba a permitir que te casaras con una persona a la que no amas, cariño.

Alonso y Carmencita huyeron velozmente del Castillo a una lejana ciudad, donde se mezclaron con la gente de la ciudad y pudieron rehacer su vida como artesanos.

martes, 2 de marzo de 2010

LOS CELOS de Xavier Blanco y Mireia Fabrech

Escena 1
Ya era Media noche en la Mansión del pequeño pueblo de Ashton. Allí vivía la joven duquesa Madelaine junto sus criados.
Sherlock:-Excuese me, my lady, tiene visita (con su acento inglés).
Madeline:-Déjale pasar Jerry.
Sherlock:-Mi nombre es Sherlock
Madeline:- Me da igual, déjale pasar de una vez
(Sale Sherlock y aparece un joven).
Madeline:-Lucas eres tú (emocionada).
Lucas:-Podemos hablar (serio).
Madeline:-Cherry, tráenos algo para beber.
Sherlock:- Mi nombre es…
(Madeline se dirige a una sala muy grande con una mesa cuadrada donde toman el té)
Madeline:-Lucas, por favor di lo que me querías contar.
(Sale Sherlock)
Lucas:- Tengo que decirte que mi corazón nunca ha sido tuyo.
Madeline:-¿Cómo?
Lucas:-Mi corazón, pertenece a otra chica.
Madeline:-Pues entonces, si no me quieres ya no pondrás nunca más un pie en esta casa.
Madeline:-Henry, ponte en contacto con mi investigador privado.
Sherlock:-Señora, usted no tiene un investigador privado.
Madeline:- Pues lo buscas en la ciudad, o si no tú harás el trabajo por él, ¿entendido?
Sherlock:- Sí, mi señora.

Escena 2
A la mañana siguiente cuando Sherlock volvió de la ciudad.
Madeline:-¿Has encontrado al investigador privado?
Sherlock:- No me ha hecho falta, encontré a Lucas con su amada.
Madeline:-¿Quién era esa bruja?
Sherlock:-Ella es Alexandra
Madeline:-¿Quién es esa?
Sherlock:- Es la joven criada que limpia aquí desde hace seis meses.
Madeline:- Se va a enterar, cuando vuelva mañana a casa a limpiar.
Madeline:- Y ahora, Sheno, déjame sola por favor
Sherlock:- Mi nombre es Sherlock, mi señora.
Madeline:- De eso ya hemos hablado y ahora vete.


Escena 3
A la mañana siguiente cuando llega la muchacha.
Madeline:-Maldita traidora.
Alexandra:- Yo no he hecho nada.
Madeline:- ¡Ah no! dime, ¿dónde estuviste ayer?
Alexandra:- Me fui de aquí a las 9 y después fui a la ciudad y
Madeline:- …Y con quién fuiste.
Alexandra:-Con nadie.
Madeline:-¿Crees que soy estúpida? Te vi junto a Lucas; ¿pensabas que no me enteraría?
Alexandra:- La verdad es que yo…
Madeline:- Estás despedida. ¡Y no vuelvas nunca más a esta casa!
(Alexandra se va corriendo y viene Sherlock)
Madeline:- Sherly, necesito tu ayuda, ven.
Sherlock:-Dígame, mí señora.
Madeline:- Necesito un favor, necesito que le hagas una pequeñas broma a esa Alexandra.

Escena 4
Pasan 3 meses hasta que no tienen todo el plan preparado
Madeline:-Lo tienes todo listo.
Sherlock:-Sí, mi señora.
Madeline:-Se va a enterar esa traidora, ¡¡ja!!
(Sherlock va disfrazado de caballero con su armadura y su espada. Se ve una pequeña casa comunitaria donde vive Alexandra, al llegar se dirige a una mujer).
Sherlock:- Querida mujer, soy Don Lumiere de Escocia y me gustaría sabernde esta la estancia de la señorita Alexandra.
Mujer:-¿Ves la puerta de color verde? Es ahí donde esta la señorita Alexandra.
Sherlock:-Muchas gracias.
(Cuando llega, llama a la puerta).
Sherlock:- Hola, me gustaría hablar con usted señorita Alexandra.
Alexandra:- Adelante, pase por favor.
(Ella esta de espaldas, coje su espada y la mata).
Sherlock:- Di adiós, señorita Alexandra.
(Se va rápidamente por la ventana).


Escena 5
Al día siguiente Lucas llega a casa de Alexandra.
Lucas:- Alexandra, Alexandra, soy yo. ¿Puedes bajar un momento?
Lucas:-Quizás esta durmiendo, voy a subir y darle una sorpresa.
Lucas:- Por favor Alexandra, ¡no¡, pero ¿quien te ha podido hacer algo así?
Aparece Madeline haciéndose la sorprendida
Madeline:-Estas bien Lucas es que te oído gritar, ¡oh¡ que le a pasado a Alexandra.
Lucas:- ¡Estoy destrozado!
Madeline:- Siento mucho lo que te ha pasado Lucas, te lo digo de verdad.
Lucas:-Me disculpas un momento quiero pasear un rato.
Madeline:-Lo comprendo perfectamente.
( Lucas se va y Madeline se queda a solas hablando)
Madeline:-¡ja! Por fin ha muerto ese estorbo de Alexandra, al principio no me creía que la habría matado, pero ahora veo que sí
(Se escucha un portazo).
Madeline:-¿He oído un ruido?
(Sube hasta la última planta y encuentra a Lucas subido a la barandilla).
Madeline:- ¡No, Lucas, no lo hagas!
Lucas:- Por fin volveremos a estar juntos, Alexandra.
Madeline:-¡No!
Entonces Lucas cae y se muere.

Escena 6
Han pasado tres días de la muerte de Lucas y lo están enterrando. Al terminar el entierro vuelven Sherlock y Madeline a la mansión.
Madeline:-No sé si podré soportarlo… Prepárame aquellas hierbas que compré hace tiempo, Sherly.
Sherlock:- Como usted mande.
(Le sirve las hierbas).
Madeline:-Gracias
Sherlock:- No ha sido nada.
Madeline:- Por favor no me olvides nunca, Sherlock
(Se lo bebe, se desmaya en la cama y muere.
A la mañana siguiente se celebra el entierro y leen el testamento en voz alta).
Notario:- Voy a leeros el testamento de la señora Madeline Rose: Yo Madeline Rose dejo mi casa y mis pertenencias a mi fiel criado, Jerry, que me cuidó  y atendió…

lunes, 1 de marzo de 2010

UN AMOR PROHIBIDO deJulio y Arnau

Una noche, íbamos Rodrigo y yo paseando por las calles de la villa con una botella de vino tinto en la mano, cuando la vi a ella, la mujer más hermosa que había visto jamás.

DANTE: ¿Has visto a esa mujer?
RODRIGO: ¿Qué mujer?
DANTE: La que ha pasado por la esquina.
RODRIGO: Pues yo no la he visto.
DANTE: Era la mujer más bella de la villa.

(Varios días después, en la taberna)

DANTE: Hoy la he visto en el palacio, he averiguado que se llama Laura y es la hija del burgués de Montergini, el propietario del banco.
RODRIGO: ¡Ay! Dante, gran error has cometido al enamorarte de esa dama.
DANTE: Tal vez Rodrigo, pero lucharé por ella, aunque sea lo último que haga.
RODRIGO: Te ayudaré Dante, pero dudo mucho que lo consigamos.

(Dos días después, por la noche, bajo el balcón de Laura)

DANTE: ¡Laura!, ¡Laura! ¡Amada mía!
LAURA: ¿Quien llama hay fuera?
DANTE: Soy yo Laura, vuestro amante más humilde.
LAURA: ¿Quien sois vos? Y ¿Cómo osáis decir que sois mi amante? Callad, por Dios, no quiero volver a veros por aquí.

(Horas más tarde en la taberna con Rodrigo)

RODRIGO: Te lo avisé, Dante, esa mujer no es para vos, amigo mío.
DANTE: Unas palabras no son nada, conseguiré conquistarla

(Al día siguiente en el balcón de Laura)

DANTE: ¡Laura! Soy yo otra vez.
LAURA: ¡Otra vez vos! ¿Cómo osáis volver a venir? Llamaré a mi padre…
DANTE: ¡Mi amada, no! Dadme al menos una oportunidad. Sólo quiero hablaros y deciros cuánto suspiro por vos.
LAURA: Decidme, ¿Cómo os llamáis?
DANTE: Me llamo Dante, para serviros.
LAURA: De acuerdo, Dante, ahora me tengo que ir, porque mi aya me llama, pero ya nos veremos mañana.

(Al día siguiente por la mañana)

DANTE: Rodrigo tal vez, no esté todo perdido, me dijo que la fuera a ver esta noche.
RODRIGO: ¡Ay, Dante! Te estás metiendo en terreno peligroso, ves con cuidado amigo mío.

(El mismo día por la noche)

LAURA: Hola Dante, te estaba esperando.
DANTE: Hola Laura, amada mía.
LAURA: Mañana saldremos al bosque, espérame en la ermita que hay en él, me escaparé un momento y así podremos hablar.
DANTE: De acuerdo.

(Ya en la ermita)

DANTE: ¡Oh Laura, que grato es volver a veros!
LAURA: Estoy cansada de mi familia, siempre dicen lo que debo y no debo hacer.
DANTE: Yo os ayudaré, casaos conmigo y huiremos a otra ciudad.
LAURA: Aunque apenas os conozco, Dante, me fío de vos, iré con usted

(Lo que no sabían es que mientras esta charla transcurría, la madre de Laura, los escuchaba, ya que había seguido a su hija.
Durante las siguientes semanas, Dante y Laura se vieron en secreto puliendo los detalles de su plan y haciendo que Laura cada vez estuviera más encandilada con Dante, hasta el punto de llegar a quererle.)

(Un día en la taberna con Rodrigo)

DANTE: Rodrigo, amigo mío, me voy con mi amada, huiremos de su familia y viviremos felices.
RODRIGO: Parece que has conseguido tu propósito, Dante, pero no te fíes de nadie

(Así que Dante le contó sus planes a Rodrigo sin saber que este le había traicionado por un puñado de reales y le había dicho a la madre de Laura los detalles de la huida).

(El día de la huida)

DANTE: ¡Laura!
LAURA: Ya voy, Dante, creo que están todos dormidos, así que podemos irnos tranquilos.

(Al salir de la villa, dos caballeros les acechaban por detrás).

DANTE: ¡Corre, Laura, amada mía!
LAURA: ¡Dante!-(jadeando)- no puedo más…

(En ese momento, uno de los caballeros lanzó una flecha que fue a parar el corazón de Laura).

DANTE: ¡NO!

Dante llenó de ira, fue corriendo hacía el caballero, pero éste le clavó una espada a Dante en todo el pecho.
Laura fue enterrada en el cementerio junto con su familia, según sus padres murió en un accidente de una cacería y a Dante. Ya nadie recuerda a Dante, pero desde que los dos jóvenes murieron, está la villa más triste.

INFIDELIDAD Y SOSPECHAS de Júlia Castellví y Anna Diví

Elizabeth, después de su boda pactada con el hombre al que no amaba, se encuentra en su nuevo hogar con Roberto, su nuevo marido:

ROBERTO.- Elizabeth, mi amada, mañana marcho de caza. No volveré hasta dentro de dos días, pero dejaré a vuestra disposición a mi fiel sirviente y amigo William. Pedidle todo lo que os haga falta. No quiero que sufráis en mi ausencia.

ELISABET.- No os preocupéis Roberto, estaré bien, sobreviviré sin vos.

ROBERTO-. ¡No seáis desconsiderada! ¡Yo mataría por vos! Si os pasara algo no me lo perdonaría (exclamó Roberto con aires enfadados).

NARRADOR.- A la mañana siguiente Roberto partió de caza con sus caballos y doña Elizabeth se quedó en casa junto a William y sus demás sirvientes.

ELIZABETH.- ¡Por fin ha marchado Robert! ¡No aguantaba ni un minuto más a su lado!

WILLIAM.- No habléis así del señor, él os quiere como a nada en este mundo.

ELIZABETH.- Y yo os quiero a vos como nada en este mundo

WILLIAM.- Yo también os quiero, por eso me alejo de vos. ¿No os dais cuenta? Si Roberto lo descubriese vos sufriríais y yo no me lo perdonaría. Además, él es mi amigo y yo su siervo, le debo fidelidad (de forma entrecortada).

ELIZABETH.- ¡El único que sale ganando es Roberto, pero nosotros también tenemos derecho a ser felices! ¿Y tú eres el que me dice que no quiere verme sufrir? Pues si es así, date cuenta que con Roberto sufro cada día.

WILLIAM.- Se que es así, pero Roberto sospecha. No te vigilo por gusto sino porqué el me lo ha pedido.

ELIZABETH.- Pero él ahora no está aquí, tú no le vas a decir nada, así que intentemos ser felices!

(William se acerca a Elizabeth para besarla, pero se oye el chirrido de una puerta)

ROBERTO.- Así que mientras yo luchaba por sobrevivir ante un asalto de ladrones, vosotros me estabais traicionando…

ELIZABETH.- Debéis entenderlo, yo lo amo igual que tú a mí desde el primer día. Si sabéis que es el amor tener piedad de nosotros.

ROBERTO.- ¡Y tú me pides piedad a mí!

WILLIAM.- No la paguéis con ella, he sido yo quien la he besado.

ROBERTO.- ¡Necio! No os merecéis ni que os escuche.

(Roberto apunta a William con su arma)

ELIZABETH.- Si queréis acabar con vuestra agonía matadme también a mí, porque si no veréis como sufro toda tú vida y eso si que os mataría de agonía. Porque sé que me amáis tanto como yo a William.

(Roberto cubierto de lágrimas, dispara a su mejor amigo)

ELIZABETH.- ¡Qué habéis hecho, maldito infeliz! (abrazando a su amado que yacía muerto en el suelo).

ROBERTO.- ¡Lo que he hecho ha sido por vuestro bien! ¡Podría haber sido peor! (se marcha).

NARRADOR.- Al cabo de unas semanas Elizabeth murió de pena y Roberto comprendió el siguiente dicho: Si quieres a alguien déjalo marchar. Ya que habría sido mejor haberlos dejado marchar juntos que ver morir a su amada y a su mejor amigo, porque el amor no tiene barreras.

LA VANIDAD DE RUFFIO de Silvia y Paula

Una tarde de diciembre fría y abandonada Ruffio Rufus Agudus estaba en su pequeño, pero acogedor, estudio de arte meditando como podría ser su nueva e ingeniosa obra de arte, cuando una voz dulce y firme al mismo tiempo, lo interrumpió de su profundo pensamiento:

MARGARET. - ¡Ruffio, deja tus dichosos garabatos y ven a cenar!

RUFFIO. – ¡Algún día estas obras de arte que tu llamas garabatos serán reconocidas por todo el mundo y, cuando ese día llegue, rectificarás lo que has dicho!

PAULA y SILVIA. – Vamos a jugar con padre y madre (corriendo y saltando alegremente).

RUFFIO. - ¡Queréis callaros de una vez! Dichosas niñas, siempre incordiando.

MARGARET. – Niñas, id a jugar con Rudolf. Enseguida cenaremos (con voz tranquilizadora).

(Tras una larga noche de fuertes discusiones).

RUFFIO. - ¿Margaret?, ¿niñas? ¿Dónde se han metido?

RUFFIO. – Voy a comprobar si Rudolf está en el establo (en voz baja).

RUFFIO. - Me lo temía, ¡se han ido!

Pasaron tres largos años, que para Ruffio fueron muy duros y solitarios.

RUFFIO. – Margaret tenía razón, no he vendido ninguna de mis obras y encima he perdido a mi familia.
Ojala pudiera cambiar el pasado (triste y arrepentido).


FIN

LA PRESIÓN FAMILIAR de Guillem Abella y Manuel

Un padre y un hijo se llevaban muy mal debido a que el hijo, que se llamaba Manuel González, no se esforzaba lo suficiente en su trabajo de aprendiz. El padre, llamado Guillem González, era artesano y pensaba que gracias a la presión que hacía sobre el hijo, Manuel podría conseguir serlo también.

Manuel entra a casa:

GUILLEM.- ¿Hola Manuel te han dicho si has aprobado?
MANUEL.-No, papa, no nos han dicho nada (mintiendo).
GUILLEM.- ¡Ah!, pues tu tutor no me ha dicho lo mismo.
MANUEL.-Papa, perdona por mentirte (llorando falsamente), lo siento.
GUILLEM.-Manuel, sabes que te estás jugando tu futuro. Dime si has aprobado alguna práctica y acabamos antes.
MANUEL.-Lo siento, me esforzaré más te lo juro.
GUILLEM.-Siempre dices lo mismo y luego caen las calabazas. Bueno, da igual, es tu vida; cuando yo me vaya, te vas a tener que espabilar tu solo, tú verás. 
MANUEL.-De acuerdo pero que sepas que llegaré muy lejos.